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Entre 0 y 1 no cabe la discriminación

Por: Erika Domínguez, directora de planeación estratégica y comunicación de KIO Networks

 

La tecnología es la forma en que se materializa la creatividad, la innovación, lo disruptivo. Nos parece asombrosa y la abrazamos con pasión, interés y alegría. Así tenemos ahora asistentes de voz, navegadores que nos llevan por la mejor ruta, vehículos autónomos, ciudades inteligentes, sistemas de reconocimiento facial.

 

Quizá lo más asombroso es que todo nace de dos números: el cero (0) y el uno (1). Ellos son los responsables de que podamos enviar un mensaje de texto o una aeronave al espacio; dos dígitos increíblemente flexibles que entienden a todas las letras del alfabeto, a todos los números con sus infinitas combinaciones, y -lo mejor de todo- son el reflejo del talento de miles de hombres y mujeres, de miles de lugares del mundo, de distintas preferencias, ideologías, intereses, culturas, lenguajes.

 

En el mundo de la tecnología sabemos la importancia de las ideas: desde las más descabelladas hasta las más lógicas. Todo lo que nos rodea ahora ha empezado por un: “¿qué tal si…?”, una persona que se sintió con la confianza y el respaldo para poder decir lo que pensaba, sin importar su género, ideología religiosa u orientación sexual.

 

Así, la innovación tiene como motor la diversidad: de experiencias, identidades y opiniones. Es una garantía para la competitividad y un elemento fundamental para afrontar los retos, escuchando distintas voces, nutriéndose de nuevas perspectivas, generando ideas a partir del talento de gente diversa, talentosa, apasionada e interesada por dejar su huella en el mundo.

 

Sin duda, uno de los principales retos siempre será encontrar el talento que esté perpetuamente insatisfecho y quiera ser parte del futuro, de las soluciones que permiten a las comunidades más remotas tener acceso a una solución de telemedicina; de acercar al hospital más alejado una programación que les permita generar diagnósticos certeros en cuestión de segundos, de aquello que genera un enorme bienestar e impacto positivo en la gente.

 

Cada vez somos más quienes buscamos construir un entorno laboral incluyente. Sabemos que aún hay mucho por hacer; sin duda, un primer paso es abrazar esta diversidad, porque en ella nos encontramos a nosotros mismos, a nuestra propia humanidad, la que es insustituible y que da sentido a todos los 0 y 1 con los que buscamos construir soluciones para un mundo cada vez más interconectado, más interesante y asombroso, no sólo para nosotros, también para las futuras generaciones.