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NFT’s: Los tokens de los bienes digitales

No hay nada como una explosión de noticias sobre blockchain, al menos eso es lo que hemos sentido al leer que Jack Dorsey recientemente vendió un tuit en forma de Token No Fungible (NFT) por la cantidad de 2.9 millones de dólares. Así que la venta de tuits en forma de NFTs ya es una realidad, esto no solo aplica a mensajes de la red social Twitter, sino que también hay quienes están dispuestos a pagar por memes u obras de arte digital. Pero a todo esto, ¿qué son exactamente los NFTs?

Partamos por entender que los NFTs permiten asociar a cualquier objeto virtual un certificado de autenticidad que lo convierte en una pieza única e inigualable, por lo que un NFT es un ítem digital único e indivisible, que no se consume al usarlo y no puede ser sustituido por otro. Para poder llevar esto a cabo es necesario apoyarse de un Smart Contract el cual contiene dicha información y también las reglas de como se va a someter a las distintas transacciones de compra y venta.

Y si seguramente ya te preguntabas que tecnología usan, pues es claro que estos emplean la misma tecnología que las criptomonedas, lo que los hace diferentes es la información e instrucciones que contienen los códigos hechos en los denominados contratos inteligentes. La principal diferencia entre las criptomonedas y los NFT radica en que las criptomonedas se peden consumir y pueden ser sustituidas  por otras unidades equivalentes, es decir, fungibles.

A partir del 2020 se comenzó a comercializar con este tipo de activos digitales por lo que diversas marcas están planeando seguir el mismo camino y comercializar a través de esta tecnología. Con el auge en aumento se espera que muchos sean los activos digitales que puedan comercializarse en el mercado empleando esta tecnología.

Los ‘tokens’ no fungibles podrían traer consigo algunas ventajas, ya que una foto o una canción firmada digitalmente con un certificado digital por su autor, además de conferir autenticidad a ese activo digital, permitiría al artista conocer quién posee sus obras y controlar dónde se publican: Esto podría solucionar muchos problemas de propiedad intelectual que hay en el mundo de la fotografía y que ahora se intentan evitar con diferentes mecanismos de protección.