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Hidrógeno: Una esperanza verde hacia el futuro

Ante un mundo tan cambiante, una pandemia en curso y una disrupción de nuevas tecnologías, las miradas apuntan hacia la innovación en diferentes sectores y las energías renovables no son la excepción. Recientemente hemos visto un auge en el uso de alternativas como la parte eléctrica que si bien ya comenzamos a ver los primeros autos eléctricos comerciales en volumen, existen otro tipo de energías que prometen ir un paso adelante de lo que actualmente ya vemos y conocemos.

Con esto, la producción masiva de combustibles renovables será un componente clave en la descarbonización del planeta y más cuando un cambio climático nos lo exige. Resolver este desafío global es importante, por eso, las miradas y los reflectores se centran el uso de hidrógeno como combustible hacia el futuro. Con esto, la economía determinará la elección óptima de combustible futuro para cada aplicación. La producción de energía global gira constantemente hacia un futuro de energía 100% renovable. Al permitir esta transición, la energía solar y eólica son muy prometedoras, pero una fuente de energía que puede tener un impacto aún mayor en un futuro de energía completamente renovable es el llamado hidrógeno verde.

El hidrógeno se puede fabricar a partir del agua utilizando electricidad para dividir las moléculas de agua en oxígeno e hidrógeno. El hidrógeno verde se refiere al hidrógeno que se produce con electricidad renovable, como la energía solar y eólica. El hidrógeno se puede utilizar directamente como combustible o como materia prima para otros combustibles renovables.

La industria energética global actual no está construida para usar hidrógeno puro, por lo que la adopción generalizada de combustible de hidrógeno requerirá inversiones masivas en infraestructura además de nuevas regulaciones industriales. Sin embargo, el hidrógeno también es un componente clave para otros combustibles que se necesitan para acelerar la descarbonización de la producción de energía.

¿Flexible?

El uso de hidrógeno puro como combustible requerirá nueva infraestructura, como tuberías, instalaciones de almacenamiento, motores preparados para hidrógeno y otras tecnologías de generación de energía, así como automóviles impulsados ​​por hidrógeno, todo lo cual llevará tiempo diseñar e implementar. En todo el mundo, muchos países están imaginando una economía de hidrógeno en la que el hidrógeno verde se utilice como combustible para la industria, la generación de energía, la calefacción y el transporte. En el futuro, el hidrógeno verde y otros combustibles sintéticos neutros en carbono podrían reemplazar, por ejemplo, la gasolina como combustible de transporte o el gas natural como combustible para la generación de energía.

El hidrógeno producido a partir de combustibles fósiles tiene una larga historia de uso en varios procesos industriales. En los últimos años, ha pasado a primer plano como parte de la descarbonización y la transición a fuentes de energía renovables. Más adelante en el futuro, el hidrógeno verde también ofrecerá muchas posibilidades para descarbonizar la generación de energía y el transporte. Dado que la producción de hidrógeno verde depende del uso excesivo de electricidad renovable, la disponibilidad geográfica de energía verde rentable es un factor clave que dará forma a la economía mundial del hidrógeno.

Por el momento, generar hidrógeno a partir de agua con energía solar es la forma más económica, por lo que no sorprende que se estén llevando a cabo proyectos de hidrógeno verde en regiones como Oriente Medio, Australia, África del Norte y Chile. El desafío es que estas áreas no se corresponden con las ubicaciones que tendrían la mayor demanda de combustible de hidrógeno verde.

Ampliación de la infraestructura global

Para satisfacer la oferta con la demanda, el hidrógeno debe transportarse a su lugar de uso final. El almacenamiento presurizado en forma gaseosa es actualmente la única forma viable de almacenar y transportar hidrógeno a escala industrial, pero este método ofrece una densidad de energía relativamente baja y no es adecuado para el almacenamiento a largo plazo. Como una forma de enfrentar este desafío, el hidrógeno se puede combinar en otro compuesto como el amoníaco para su transporte y almacenamiento. Al final, la economía de fabricación y logística determinará la elección óptima de combustible.

¿Quién domina actualmente?

Por el momento, el movimiento hacia una economía del hidrógeno ha sido impulsado en gran medida por Europa. La Unión Europea está invirtiendo fuertemente para asegurar el liderazgo en esta área y convertirse en el centro tecnológico global y el mercado dominante del hidrógeno verde, y otro factor a favor de la UE es la extensa red de gasoductos de Europa que potencialmente podría convertirse para el uso de hidrógeno en el futuro. Muchas áreas, como el norte de Alemania, también tienen grandes instalaciones de almacenamiento de gas subterráneas que podrían actualizarse para ser utilizadas para hidrógeno.

En última instancia, la clave para una entrada exitosa en la nueva economía del hidrógeno dependerá de un equilibrio perfectamente ajustado de factores geográficos, económicos y técnicos, ya que las empresas y los países buscan la combinación óptima de dónde y cómo fabricar, transportar y utilizar el nuevo combustible renovable.

El mercado de los motores de hidrógeno surgirá en los próximos años a medida que se reduzca gradualmente el uso de combustibles fósiles y madure la nueva tecnología en torno a los combustibles futuros.